Hay que ver como es la vida, … he tenido que venir al sur para encontrarme a mi misma. Resulta que por estos parajes hay un café-bar a mi nombre, concretamente en Sevilla …y yo sin enterarme!!!!!.
No he podido resistirme a compartir esta imagen con vosotros.
Hace casi 30 años que no viajaba por Andalucía y redescubrir nuevamente estas tierras, esta vez guiada por buenos amigos autóctonos de la zona, que me han mostrado los lugares mas emblemáticamente tradicionales, ha hecho que me diera cuenta de cuanto me ha gustado siempre este lugar. De como me maravillan sus paisajes (tan diverso del mar a la montaña); Su color, mezcla de blanco, ocres, azules y rojizos que tal como dice la canción, es especial, pues a la luz de este sol de justicia, todo adquiere mágicamente tonalidades doradas.
Su olor a jazmín, dama de noche y otras flores perfumadas impregnan el ambiente de tal modo que despiertan la pituitaria más atrofiada y nos embriaga en la sutileza de nuevas sensaciones olfativas, de aromas intensos que despiertan recuerdos de algún paraíso perdido.
Su cultura mezcla de múltiples rasgos árabes integrados por doquier, proporcionan un ambiente exótico que fácilmente nos transporta a otras épocas, no tan lejanas.
De la calidez, simpatía y generosidad que derrochan sus gentes y la alegría contagiosa que se vive en sus calles me hacen disfrutar de este estilo de vida amable y distendido. Aquí se vive en la calle, especialmente en cuanto el sol empieza a caer, la ciudad que hasta el momento parecía dormida y solitaria, pues el intenso calor oculta, durante el día a sus habitantes en la sombra, al llegar la noche recobra vida y el jolgorio y la alegría bulle entre las callejuelas.
La forma de hablar, tan simpáticamente peculiar es fácilmente contagiosa. Me han hecho gracia algunos anuncios que he ido viendo, escritos tal cual se pronuncia el andaluz.
He tardado en volver al sur, pero ahora que lo he redescubierto, pienso volver más pronto que tarde. Además no hay nada como que uno de tus hijos se venga a vivir aqui, para no tener que pensárselo dos veces y darme una escapada.
Volveré al sur, pues tal como dice aquel anuncio, es algo más que un lugar, … es un estado mental, en el cual fácilmente se encuentra uno a sí mismo.
Menos mal que hemos dado el paso, que cuando uno se aprende el camino es mucho más fácil volver, las distancias parecen menores (o será que las asumimos y no les vemos las pegas) y ya se hacen planes a meses vista para repetir hazañas.
Y aunque me cueste una rotura de pierna, qué bueno es tenerte aquí!
Besos a tus visitantes internautas, que a ti ya te los doy en persona.
Anda… SI andabas desaparecida pero es que estabas de viaje…
Siempre es un placer saber de ti, oy
me gusta que te guste mi tierra, me gusta verte una sonrisa y me gusta verte por aqui.. saludos
No quiero ni imaginar lo bien que lo pasariais. Me gusta….» El sur no es un lugar, es un estado mental». Espero que ese estado perdure durante largo tiempo, simpática. Un beso
Te escribo del sur del mundo, Chile, más abajo el hielo, seguro que te encantaría tanto como Sevilla. Me ha gustado tu vivencia, y el encuentro con el Bar Ambrosía. Un beso
Tomás
El sur!!!
Tantas metáforas que se construyen con ese lugar y con ese estado mental… porque son ambas cosas: Si me encanta el norte de Ambrosía, quedo embriagado con el néctar del Sur… mientras me aferro empuñando en ambas manos el oriente y el poniente…
En las soledades, cuando uno viaja al sur, siempre se reencuentra consigo mismo…